Por alguna curiosa razón, de este matrimonio me acuerdo bastante. No necesité de demasiada información de mi mamá, porque era casi la misma que yo manejaba en mi mente.
Yo tenía 6 años, vivíamos en San Bernardo y yo no tenía ningún vestido pertinente para la ocasión, por lo que tuvimos que ir en pos de esa misión.
Buscamos mucho, caminamos por el centro de Santiago en diferentes direcciones, hasta que en una galería encontramos el adecuado.
Como el matrimonio sería en Concepción, específicamente, en San Pedro de la Paz, necesitaba un vestido que fuera abrigadito. Este cumplía el objetivo. Un vestido con mangas largas, la parte de arriba era blanca y la faldita era azul-si no mal recuerdo-con algún tipo de diseño o cuadrillé.
Mi Mami también necesitaba un bonito vestido, no sólo para participar como invitada, si no porque nosotras teníamos la misión de representar a una parte importante de la familia de la novia (quien es prima de mi Mamá), por lo cual tuvimos el gran honor de ser la antesala de ella en la ceremonia. Probablemente en el mismo lugar que compramos mi vestido, mi mami encontró el suyo. Un vestido color verde petróleo, largo y elegante, el cual duraría por muchos años.
Viajamos solas con mi mamá, nuevamente por temas de trabajo de mi papá.
La ceremonia se hizo en la iglesia católica La Candelaria de San Pedro de la Paz, que queda a orillas del río Bío-bío.
Caminamos con nuestros bellos vestidos hacia el altar.
Luego la novia.
Se desarrolló la ceremonia y nos fuimos a un -en ese momento-conocido lugar, una especie de centro de eventos, camino a Coronel: Tehuanque.
De la fiesta, recuerdo un momento muy particular: fue la ocasión en donde conocí a la pareja de la Tía Poy, el Migue. Quien se convertiría en un hombre al que le tendríamos mucho cariño a través de los años.
Así, finalizada la celebración, nos volvimos a casa de mi tía, y nos volvimos a Santiago el día siguiente.
Yo tenía 6 años, vivíamos en San Bernardo y yo no tenía ningún vestido pertinente para la ocasión, por lo que tuvimos que ir en pos de esa misión.
Buscamos mucho, caminamos por el centro de Santiago en diferentes direcciones, hasta que en una galería encontramos el adecuado.
Como el matrimonio sería en Concepción, específicamente, en San Pedro de la Paz, necesitaba un vestido que fuera abrigadito. Este cumplía el objetivo. Un vestido con mangas largas, la parte de arriba era blanca y la faldita era azul-si no mal recuerdo-con algún tipo de diseño o cuadrillé.
Mi Mami también necesitaba un bonito vestido, no sólo para participar como invitada, si no porque nosotras teníamos la misión de representar a una parte importante de la familia de la novia (quien es prima de mi Mamá), por lo cual tuvimos el gran honor de ser la antesala de ella en la ceremonia. Probablemente en el mismo lugar que compramos mi vestido, mi mami encontró el suyo. Un vestido color verde petróleo, largo y elegante, el cual duraría por muchos años.
Viajamos solas con mi mamá, nuevamente por temas de trabajo de mi papá.
La ceremonia se hizo en la iglesia católica La Candelaria de San Pedro de la Paz, que queda a orillas del río Bío-bío.
Caminamos con nuestros bellos vestidos hacia el altar.
Luego la novia.
Se desarrolló la ceremonia y nos fuimos a un -en ese momento-conocido lugar, una especie de centro de eventos, camino a Coronel: Tehuanque.
De la fiesta, recuerdo un momento muy particular: fue la ocasión en donde conocí a la pareja de la Tía Poy, el Migue. Quien se convertiría en un hombre al que le tendríamos mucho cariño a través de los años.
Así, finalizada la celebración, nos volvimos a casa de mi tía, y nos volvimos a Santiago el día siguiente.
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