25/10/2014 ~Cristina & Eric~

No recuerdo exactamente cómo fuimos invitados a este matrimonio, pero fuimos invitados. 
Salida de los novios
Las tortas eran muy bellas, y sobre este soporte de madera se veían más bonitas aún.
Probablemente Nacho me debe haber comentado a último momento. Y no necesariamente porque él no fuera diligente con la información, si no que fue un matrimonio que se organizó en poquísimo tiempo (en mi escala personal). Yo estaba bastante sorprendida, pero fuimos con toda la familia de (en ese momento) mi novio.
Nos pidieron que ayudáramos a ordenar y decorar un poco, así que llegamos unas horas antes al lugar, que si no mal recuerdo, pertenecía a algún familiar de los novios allá en Melipilla.
El tema del vestido no fue tan difícil porque había decidido ir con algo sencillo, así que tomé uno de los vestidos más formales que tenía y lo llevé. Y creo que llevé uno por si pasaba algo. 

Para mi era bien curioso el hecho de que fuera un matrimonio hecho en el patio de una casa, con poquitos invitados, sólo un cócktel, etc..
Todo tenía el detalle de los tronquitos.
Pero la verdad, ese fue uno de los primeros matrimonios que me marcaron en cuanto a su enfoque.
A pesar de ser muy sencillo materialmente, fue bellísimo. Trataron de glorificar a Dios con todo lo que planificaron, incluso mostraron un video con el plan de salvación y estuvo lleno de detalles muy bonitos. El novio entró cantando (y cantando muy bien), las tortas eran muy bonitas, con flores naturales, y la sencillez le daba una belleza singular que me encantó.
El único detalle que hubo, fue que mi vestido se repetía con el de una chica que parecía estar muy molesta con la situación. Tanto, que le pregunté si prefería que me cambiara, a lo que por supuesto, contestó que no.

Sin duda un matrimonio que marcó la pauta en qué es lo que debería resaltar en una boda. Doy gracias a Dios por ello.  




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