04/03/2016 ~Natalie & Felipe~

"En efecto no tengo argumentos lógicos, ni siquiera improvisados para fundamentar esta amor que siento por ti, que surgió misteriosamente de la nada, que no ha resuelto mágicamente nada, y que milagrosamente, de a poco, con poco y nada ha mejorado lo peor de mi."

En mis malos cálculos mentales, calculo que conozco a Felipe hace unos doce u once años. Yo participaba de una iglesia bautista en Concepción, y el debe haber llegado unos años después que yo.
Teníamos harta diferencia de edad (en mi mente adolescente) lo que me hacía verlo como alguien muy grande y adulto. Yo estaba en el colegio y él estaba en la universidad.
Él estaba estudiando una carrera muy especial y eso me parecía muy curioso. Nos llevamos bastante bien, no recuerdo desde qué momento.




¡La alegría y emoción de los novios!
Agradezco a Dios su amistad, la cual ha durado hasta el día de hoy después de varios cambios de casa y ciudad, siendo, además, uno de los pocos amigos que mantuve de esa iglesia.
Lamentablemente para mi, me mudé de ciudad antes de conocer a Natalie, por lo que no pudimos compartir nada juntas. Sólo podía ver algunas fotos que subían en donde estaban pasando el rato con amigos que conocía, en especial con mi primo.
Ese último hecho, es importante, porque para que mi primo quiera compartir varias veces con alguien, debe ser una persona especial o al menos interesante.
Cuando recibí la invitación me sentía contentísima, yo quería (aún) mucho a Felipe, pero no me sentía correspondida, así que esta invitación me borró esos pensamientos.


 Esas vacaciones había estado en casa de mi primo y su familia, quienes también estaban invitados al matrimonio obviamente, sin embargo, como mi primo había tenido un accidente, sólo podría ir su esposa. Así que una amiga de los novios (que nosotras no conocíamos) nos pasó a buscar a su departamento y nos fuimos. Era una chica muy simpática que nos hizo reír todo el viaje, que por cierto, fue bastante largo. Cuando llegamos nos encontramos un lugar muy bello, rodeado de muchísimos árboles.
Me gusta mucho esta foto
La ceremonia fue muy bonita, de la cual recuerdo especialmente a la mamá del novio, a quien yo conocía, que se veía bellísima en un vestido largo azul marino.
Es importante decir que esta boda era una ocasión doblemente especial para mi: veía a mi amigo casarse, pero además, iba a ver a muchas personas con las que compartí mucho hace muchos años y con las cuales no había vuelto a hablar. Eso incluye a mi ex.
No tuve mucha interacción con esas personas, excepto con mi ex pastor(si así se le podía llamar), su esposa y su cuñado, quien no me reconoció y fue muy gracioso.
 El tema de la boda eran los parques nacionales, así que de recuerdo del matrimonio nos regalaron un árbol nativo a elección, ¡lo cual me pareció maravilloso! (Quise imitarlo en mi boda, pero no me fue tan bien). Yo escogí un Quillay, que aún tenemos en un gran macetero.
Luego de la ceremonia, la esperada fiesta.
En mi mesa estaba las damas de honor, de las cuales conocía a medias a una, además de otras amigas de la novia. Compartimos un buen rato y luego con la esposa de mi primo nos fuimos a bailar, y así estuvimos gran parte de la noche, a pesar del frío, ya que el baile era fuera del salón.
Allí afuera, habían muchas decoraciones bonitas, como guirnaldas con fotos de los novios y lucecitas.
Han pasado casi 3 años de su boda, y hace un par de meses pude, final y felizmente, conocer a la novia, quien además de ser una feliz esposa, resultó ser una persona muy especial, con la que no pudimos parar de conversar después de varias horas.

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